Amor de siempre

“SUPONGO que este modo de sentirse

definitivamente hundido

es una forma mía de estar enamorado

para empezar de nuevo

una vida distinta con el amor de siempre”

“Un año y tres meses” Luis García Montero.

Cuanto más amor más dolor en el duelo Es cierto que duelos hay muchos y de diversos tipos; pero qué dolor más grande el duelo por la muerte de alguien a quién has amado. Me pregunto si en la sociedad líquida que describe Bauman hay lugar para el duelo, y alguna cosa me dice que no, porque si de verdad la sociedad moderna en la que estamos circunscritos la definimos a partir de este estado líquido donde el éxito de la vida es el símbolo del desarrollo y la inteligencia humana y, por el contrario, la muerte es un fracaso, donde queda la posibilidad de sentir dolor, de llorar, de pararnos, donde queda poder sentir una perdida, aceptar que existe la muerte más allá de un duelo reglado en 5 etapas.

Me pregunto muchas veces por si nos hemos (auto)robado el duelo; lo sacamos de nuestros ritos, lo externalizamos y lo acomodamos a unos pasos que debemos seguir para hacer ver, que aun así, ante la muerte de un ser amado, nosotros seguimos aquí, al compás de lo que dicta la sociedad capitalista y de consumo exacerbado en la que vivimos. Me pregunto una vez más, por como serían los duelos en unas sociedad comunitaria, lejos de la individualización mercantilizada y el miedo a la muerte por significar un fracaso ante el fin de poder perseguir necesidades autoimpuestas, plásticas y ficticias; creo firmemente que serían duelos más amables, más lúcidos, a lo mejor más dolorosos pero seguramente, y estoy convencida de ello, más transformadores.

“nuestros ritmos de superación y dolor no son los mismos con los que van las personas que están a nuestro lado. Salir no significa ser la persona que era antes, salir significa reconocer a la nueva persona que ha salido”. A. Carmelo (psicopedagoga)

Berta Ruíz Lorenzana, alumna de la XIV Edición del Diploma de Bioética

Nada dura para siempre

El cuaderno de Tomy es una película basada en la historia real de María Vázquez  que padece un cáncer terminal. Escribió “El cuaderno de Nippur” para su hijo antes de morir. María tiene cáncer terminal y decide escribir un cuaderno para su hijo Tomy de dos años en el que a modo de legado, recogerá aquellos pensamientos, sentimientos que no podrá trasmitir a su hijo tras su muerte.

Aunque no fue escrito para ser publicado. Seis meses después de su muerte se publicó teniendo un gran impacto y acogida entre los lectores. En 2020 graba en Argentina la película “El libro de Tomy”

La muerte es parte de la vida. Como todos los acontecimientos que vivimos la percibimos según cómo la afrontemos. En esta película se ponen de manifiesto perfectamente dibujados los distintos “actores” que acompañan a María en su proceso de muerte: EL marido amante, cómplice y amigo; los amigos aportando normalidad y alegría; Tomy con la genialidad propia de la infancia; Diego Viña, su médico, que la cuidará y acompañará en todo en proceso, la Dirección hospitalaria poniendo trabas para llevar a cabo la sedación terminal dado el impacto mediático del caso. Se ponen de manifiesto también el deseo de trascender y dejar legado a su pequeño, la despedida organizada de todas las personas a las que quiere, el reparto de sus cosas mas preciadas, el deseo de que su marido vuelva a tener pareja y sea feliz, la pena por todo lo que no va a vivir, el humor irónico como forma de afrontamiento de cada dificultad, la aceptación (“Hay muertes peores, sin amor, sin alegría, sin pasiones). El amor como hilo conductor en todo el proceso.

María y su marido Fede afrontan este proceso con serenidad, hablando claro, llamando a cada momento por su nombre. Fede luchará para hacer posible el deseo de María de recibir sedación terminal. Está dispuesto incluso a llevársela a casa y administrarle cloruro potásico él mismo.

Diego Viña, su médico, la acompañará empatizando y respetando cada momento de María. No le ofrece falsas esperanzas, sí en cambio la confianza de que le procurará el máximo bienestar, aliviando su dolor y le dará compañía. Aborda el tema del momento final con claridad: “Cuando llegue el momento lo sabrás”

Nada dura para siempre. Ni el helado, ni las películas, ni lo feo, ni lo lindo, ni las hojas de los árboles, ni Mamá.

Durante su ingreso hospitalario María comienza a escribir en redes llegando a tener un gran impacto y seguimiento por la opinión pública. Esta popularidad se le volverá en contra…

“Yo puedo matar el dolor no la persona. Por eso elegí ser medico

    “Te quiero decir gracias. Soy ateo pero si existe el más allá, mándame señales”.

“Hubiera preferido que me llevara a París. El mejor regalo que me puede hacer es gestionar mi muerte. No creo haber presenciado en mi vida acto de amor semejante”

Y yo me pregunto ¿Por qué no?

Pilar Higueras Hueso, alumna de XIV Edición Diploma Bioética

«No Quiero Que Te Vayas»: Entendiendo Cómo los Niños Enfrentan la Muerte de un Ser Querido

La muerte es un tema complejo para cualquier persona, pero cuando se trata de niños enfrentándose a la pérdida de un ser querido, el asunto adquiere una dimensión especialmente delicada. Las películas han encontrado en la fantasía un vehículo excepcional para explorar cómo los más jóvenes procesan el duelo y la enfermedad terminal de alguien cercano. Un ejemplo destacado de esta aproximación es «Un Monstruo Viene a Verme» (2016), inspirada en la novela homónima de Patrick Ness. Esta película nos sumerge en la vida de Conor, un niño que busca el consuelo y la comprensión de un monstruo para enfrentar la enfermedad terminal de su madre.

A través de relatos fantásticos llenos de metáforas, la película aborda temas profundos como el dolor, la pérdida y, finalmente, la aceptación de la muerte. El monstruo comparte tres historias con Conor, revelando que las personas pueden actuar de manera inesperada frente a la muerte, desafiando nuestras percepciones habituales de «bueno» y «malo».

El punto culminante de la trama se presenta cuando Conor se enfrenta a la realidad que más teme: el inminente fallecimiento de su madre. A través de esta confrontación, Conor revela su más profunda verdad y su conflicto interno. Desea fervientemente el fin del sufrimiento de su madre, aunque ello implique perderla para siempre. Este momento de sinceridad desata una avalancha de emociones, incluyendo la culpa por sus deseos contradictorios.

«Un Monstruo Viene a Verme» ofrece una perspectiva conmovedora sobre los miedos y preguntas que pueden agobiar a un niño ante la pérdida de un ser tan indispensable como su madre. ¿Qué será de su futuro? ¿Quién cuidará de él? El monstruo, a través de sus relatos, intenta transmitir a Conor un mensaje de esperanza: aunque su vida esté cambiando de manera irrevocable, no estará solo. Las personas que lo quieren, imperfectas como sean, estarán ahí para él.

Este enfoque narrativo no solo brinda consuelo, sino que también enseña importantes lecciones sobre la resiliencia y la capacidad de encontrar luz incluso en los momentos más oscuros. «Un Monstruo Viene a Verme» es una obra maestra que nos recuerda cómo el arte puede ser un refugio y un guía a través de las pruebas más difíciles de la vida.

Nathalie Abrahams Chow, alumna de la XIV Edición del Diploma de Bioética

Antes de ti

Es un film de tipo drama romántico basado en la novela de Jojo Moyes, que también fue la autora del guion de la película, producida en el año 2016 en Estados Unidos de duración de 110 minutos, dirigida por  Thea Sharrock, se filmó en Oxford, Pembroke y Englefield en Inglaterra, que ha dejado una huella profunda en los corazones de quienes la han visto, nos lleva a través de un viaje de emociones, desde risas hasta lágrimas.

Reparto: *Emilia Clarke *Sam Claflin *Matthew Lewis *Charles Dance *Vanessa Kirby *Jenna Coleman *Janet Mc Teer *Brendan Coyle *Ben Lloyd-Hughes.

Sinopsis: Louisa “ Lou” Clark ( Emilia Clarke) , una chica inestable ,creativa y de personalidad vibrante, reside en un pequeño pueblo de la campiña inglesa. Vive sin rumbo y va de un trabajo a otro para ayudar a su familia a llegar a fin de mes. Sin embargo, un nuevo trabajo pondrá a prueba su habitual alegría. En el castillo local, se ocupa de cuidar y acompañar a Will Traynor (San Claflin), un joven y rico banquero, con alma aventurera, que se quedó paralítico tras un accidente, pierde las ganas de vivir y mantiene a toda su familia y allegados a distancia con actitud arrogante y cáustica. Pero a diferencia de la familia de Will, Louissa en niega a obedecer su estado de ánimo. Incluso a él le costará ignorar su chispeante personalidad y su carácter sencillo, y pronto los dos se convertirán en lo que el otro necesita.

Recomendaría firmemente esta película a cualquier persona, sobre todo a los fans del género romántico, pero también a los que quieran ver una película que les hagan reflexionar sobre la felicidad y las segundas oportunidades. A lo largo de la película, se desarrolla una emotiva relación entre ambos personajes, que los lleva a tomar decisiones sobre su futuro, la actuación de los actores principales Emilia Clarke y Sam Claflin, me parece impresionante, ambos logran transmitir la complejidad de sus personajes y sus emociones de manera real y conmovedora. La trama se desenvuelve de manera fluida y con un ritmo perfecto, llevando al espectador de la mano por esta historia de amor, descubrimiento y aprendizaje. Tiene un mensaje de alegría y de amor por la vida, me pareció una historia conmovedora, emotiva y realista que pone muy de manifiesto el valor de la vida y del amor. Los personajes en general me parecen bastante buenos , pero en especial el personaje de Emilia Clarck, por su especial alegría y carisma , hace que entre en una  familia bastante seria , estereotipada y adinerada, una luz y torbellino de alegría y se pone de manifiesto otros valores muy importantes que la familia entera y en especial el protagonista ( Sam Claflin ).

Lo que no me gustó tanto fué el final, que me pareció demasiado triste y previsible.

Valores que entran en juego en la película “yo antes de ti”

1.- Compasión:

La capacidad de Louise para empatizar con Will, sentir su dolor como dolor propio ,en todo momento intenta ponerse en sus zapatos para así  aceptar  y entender su decisión final.

2.- vivir la vida al máximo:

La película resalta la importancia de disfrutar la vida, incluso en situaciones muy extremas,  este film nos enseña la importancia de vivir el momento presente y de aprovechar cada día al máximo. Pero también nos hace reflexionar sobre el amor y la vida y como ambas cosas pueden cambiar nuestro destino. Will descubre que aún puede encontrar alegría a pesar de su discapacidad, y Louisse aprende que su vida puede ser más emocionante de lo que imaginaba.

3.- Amor:

Louisse siempre fué una persona muy emocional, a pesar del maltrato que recibía al inicio de Will, ella solo se centró en lo bueno que él tenía, hasta llegar al punto de enamorarse de él, su amor incondicional se puso de manifiesto , al quedarse junto a él hasta el último día de su decisión.

Will en cambio tras sufrir el accidente se comportaba como una persona muy fría, grosera y maleducada, posteriormente tras entrar en su vida la nueva cuidadora pudo darse cuenta de sus sentimientos hacia ella y mantener su decisión para que Louisse pudiera encontrar otra vida mejor que la que el le podía ofrecer.

La historia nos hace reflexionar sobre como el amor y las experiencias pueden transformar nuestro destino.

Casi nada me hace feliz a estas alturas, salvo tú”.

4.- Responsabilidad y trabajo:

Louisse al inicio veía el trabajo como una responsabilidad de realizar las tareas de cuidados al protagonista encomendados por la familia de la forma mas correcta para continuar con el trabajo por que su familia y ella necesitaba el sustento económico, ella siempre se reconoció como una mujer trabajadora, siempre antepuso su trabajo a su vida personal y sentimental, poco a poco y trascurrir del tiempo ella se va involucrando más y más de forma emocional con el protagonista,hasta llegar a cuidar a Will más tiempo de su jornada laboral pautada. Al darse cuenta de la decisión de Will de poner fin a su vida, ella con varias estrategias intenta hacerlo cambiar de opinión por que al final se quedaría ella sin trabajo.

5.- Respeto a la autonomía:

Después del accidente del protagonista del film y quedar tetrapléjico, Will basó su vida en su voluntad de no querer continuar con su vida en este estado.

Aceptación por parte de la familia de Will y Louisse de la decisión  de él de acabar con su vida.

6.- Paciencia:

Desde el momento que se enteró que la persona que cuidaría era tetrapléjica, nunca lo vió como un impedimento, a pesar que al inicio fué grosero , prepotente y maleducado ella siempre mantuvo su actitud positiva.

              “Las cosas cambian, crecen o se marchitan; pero la vida continúa”.

7.- Sinceridad:

Desde el momento que Louisse se da cuenta que tiene sentimiento por Will , ella se lo hace saber siempre muestra sinceridad con su forma de sentir y decidió mostrarle siempre sus sentimientos sin importarle nada de su situación.

8.- Alegría:

La alegría de Louisse que trasmite en toda la trama del film, a pesar de las circunstancias que ocurren en la secuencia, ella siempre trasmite alegría para intentar hacerle sonreir a Will.

9.- Entusiasmo:

Louisse siempre mantuvo el mejor  estado de ánimo, para hacer cosas distintas en la vida de Will y poder imaginar que en algún momento cambiaría de opinión ante la decisión que había tomado antes de aparecer ella en su vida.

10.- Generosidad:

Al enterarse Will que el padre de Luoisse estaba desempleado y pasando por situaciones económicas dificultosas le ofrece un puesto de trabajo en el castillo, sin que se enterase que el había sido el autor.

11.- Valentía:

Tras la decisión tomada antes de que apareciera Louisse en su vida y seguir manteniendo la decisión , incluso  después en la etapa  en la que ya estaba ella ,  a pesar de las estrategias de Louisse para hacerlo cambiar de opinión.

Pensé por un momento, que jamás volvería a estar tan conectado al mundo, conectado a otro ser humano, tanto como me sentí en ese momento”.

12.- Decisión de eutanasia.

Will ha solicitado a una organización de Suiza , la eutanasia , ha realizado las voluntades vitales anticipadas la decisión de morir dignamente; pues añora los momentos de su juventud, en los cuales podía vivir como de otra forma y reconoce que podrá volver a disfrutarlo por que su situación es totalmente irreversible se siente como un “ despojo” humano. Aunque ofrece a su familia un acuerdo de aplazamiento de 6 meses más de vida. En eses 6 meses , la madre aprovecha la oportunidad  que la nueva cuidadora pueda hacerle cambiar de opinión y demostrarle que vale la pena seguir viviendo.

«¿Cómo es que tienes derecho a destrozarme la vida pero yo no tengo ningún poder en la tuya?”.

Me gustaría terminar este post con una frase que me impactó, de Joan Dalmau , en la película mar adentro : “ Lo único peor a que se te muera un hijo es que quiera morirse

Dolores Pilar Alfonso Pérez, alumna XIV Edición Diploma Bioética

Un soplo en el viento

El viaje de la vida

Cada paso lleva consigo momentos de alegría, aprendizaje, desafíos y también despedidas. En el tejido mismo de nuestra existencia, yace un destino inevitable que nos llama a todos: el final de la vida. Es un viaje que todos emprendemos, aunque sea una realidad que a menudo evitamos considerar. Sin embargo, enfrentar el fin con valentía y reflexión puede otorgarnos una nueva perspectiva sobre cómo vivimos y qué valoramos en nuestras vidas, dentro de un aroma de misterio y a menudo evitado en conversaciones cotidianas, merece ser abordado con corazón abierto y mente reflexiva.

La fugacidad de la existencia: el tiempo vuela

La vida es un soplo en el viento, un parpadeo en el vasto cosmos. Nos enfrentamos a la realidad de nuestra mortalidad, recordando que nuestro tiempo en este mundo es limitado y precioso. Esta consciencia puede impulsarnos a abrazar cada momento con gratitud y plenitud. Ello no deja de ser duro, pues nos hace pensar sobre cómo somos, cómo nos vemos, qué hemos hecho desde nuestro prisma y desde el de las otras personas, especialmente las significativas para nosotros.

La Inevitabilidad del Final

El final de la vida es una certeza universal, compartida por cada ser vivo en este planeta. Sin embargo, esta inevitabilidad no tiene por qué ser motivo de miedo, sino un recordatorio para vivir de manera plena y consciente. Reflexionar sobre el final nos invita a preguntarnos: ¿Estamos viviendo de acuerdo con nuestros valores más profundos? ¿Estamos creando recuerdos que perdurarán en aquellos que amamos?.

El Valor de Cada Momento

Con la certeza del final, cada momento se vuelve único. Pequeños placeres, la compañía de seres queridos, la belleza de la naturaleza, todo adquiere un significado más profundo. Apreciar estos momentos nos enseña a vivir en el presente, valorando lo que tenemos aquí y ahora, sin dar nada por sentado.

Legado y Memoria

Al acercarnos al final de nuestro viaje, surge la pregunta inevitable: ¿cuál es nuestro legado?. Más allá de las posesiones materiales, ¿qué dejaremos atrás?. Nuestras acciones, nuestras relaciones, y cómo impactamos en el mundo que nos rodea, son las verdaderas huellas de nuestra vida, Las acciones, palabras y el amor que compartimos forman la esencia de este legado, influyendo en las vidas de otros y resonando más allá de nuestra existencia física.

El poder de las relaciones

En los momentos finales, son las conexiones humanas las que cobran un significado aún más profundo y esencial. Las palabras no dichas, los abrazos no dados, se vuelven lamentos silenciosos. Valoramos más que nunca el amor y la compañía de aquellos que nos rodean, y encontramos consuelo en la calidez de las relaciones significativas.

Afrontando el misterio

El final de la vida nos sumerge en el misterio último de la existencia. Nos confronta con lo desconocido y nos invita a abrazar la incertidumbre con humildad y aceptación, cuando nuestra vida ha tenido paz y sentido. En este acto de rendición, encontramos la serenidad para enfrentarnos a lo inevitable desconocido.

La belleza en la despedida

Aunque el final de la vida puede estar teñido de tristeza y pesar, también puede contener una belleza serena. Es un momento de reflexión profunda, de celebración de una vida bien vivida, y de preparación para el siguiente gran misterio. En la despedida, encontramos una extraña pero poderosa sensación de completitud.

En última instancia, reflexionar sobre el final de la vida nos invita a vivir con mayor autenticidad, gratitud y compasión. Nos recuerda la fragilidad y la belleza de la existencia humana, y nos motiva a abrazar cada momento con un corazón abierto y una mente lúcida. En este viaje final, encontramos una renovada apreciación por la maravilla y el misterio de estar vivos.

Aceptación y Paz

Aceptar el final de la vida puede ser un camino hacia la paz interior. Reconocer nuestra propia mortalidad nos ayuda a soltar los apegos y a enfrentar miedos, abriendo el camino hacia una comprensión más profunda de nosotros mismos y del ciclo de la vida.

Conclusión

El final de la vida, lejos de ser un tabú, es una oportunidad para reflexionar sobre la esencia de nuestra existencia. Nos invita a vivir con propósito, a apreciar la belleza de cada momento, a dejar un legado significativo y a encontrar paz en la aceptación. Que estas reflexiones nos inspiren a abrazar la vida con amor, sabiduría y gratitud.

Manuel José Mejías Estévez, Alumno XIV Edición Diploma Bioética

10.000 days

A nivel moral, los prejuicios de una sociedad con valores cristianos a la hora de plantear la idea de una forma de “suicidio” aunque sea asistido hace que en un amplio grupo de nuestra sociedad se tome con recelo, así como también en asociaciones y fundaciones con marcado carácter católico. Al hilo de lo expuesto hay una canción del grupo TOOL

En este tema cuenta el sufrimiento de la madre del vocalista que sufrió un aneurisma cerebral que la mantuvo 27 años (10.000 days) paralizada. Judith era una mujer de fe católica inquebrantable y pertenecía a una comunidad católica muy ortodoxa, donde la idea del sufrimiento y dolor acerca a Dios, la sedación o cuidados paliativos no se contemplan y mucho menos la eutanasia.

La primera parte de la canción refleja la lucha de Judith y su fe constante, incluso en medio del sufrimiento:

Ya es tiempo, es mi tiempo
AHORA DAME MIS ALAS!!!

Las palabras son una súplica para que las puertas del cielo se abran para una mujer que entregó su fe durante décadas en una congregación cristiana. “He vuelto a casa Tráeme al espíritu Al hijo, y al padre Diles que su pilar de fe ha ascendido.

Miguel Ángel Cobo Fuentes, alumno XIV Edición Diploma Bioética

Million Dollar Baby

La película invita al debate sobre la eutanasia mostrando diferentes puntos de vista y argumentos a favor y en contra de esta práctica:
– El derecho a la autodeterminación y a la dignidad de las personas que sufren
– El papel de profesionales sanitarios, familiares y amigos que acompañan a estas personas
– El marco legal y social que regula la eutanasia en función de los diferentes países y culturas

Juan Antonio Vera Goñi, alumno XIV Edición Diploma Bioética

El ensañamiento terapéutico

cortometraje la Dama y la Muerte

Desde que vi el corto sobre el final de la vida «La dama y la muerte» no paro de darle vueltas al tema. ¿Por qué no dejamos morir tranquilamente a nuestros mayores?, ¿Por qué nos empecinamos en seguir tratándolos, poniéndoles más sueros, más antibióticos y más, y más…? ¿Es por nosotros mismos, los médicos que no queremos tener ninguna derrota, es por la familia? Me surgen tantas preguntas e
interrogantes. Porque cuando se trata de métodos muy invasivos, como la ventilación mecánica invasiva o la hemodiafiltración, se tiene todo más claro a la hora de no tratar a los pacientes muy añosos o los que tienen deterioro cognitivo avanzado, pero cuando se trata de medidas menos invasivas, sueros, catéteres, sondas vesicales, antibióticos, fármacos múltiples… Aquí entramos en un escenario mucho menos claro, pero que igualmente lleva a los pacientes mayores, terminales o al final de la vida, a una agonía llena de vicisitudes, de sufrimiento, de estancias sin sentido en el hospital, cuando probablemente ellos quisieran haberse marchado de este mundo mucho antes.

Cada vez más pienso que tenemos que humanizar la medicina, tenemos que hablar más con los enfermos, preguntarles directamente a ellos que quieren hacer con su vida, cierto es que a veces llegamos muy tarde, y el paciente ya no tiene capacidad de decidir sobre su final, por el deterioro cognitivo avanzado ya sea por una demencia, o por el estadio final de una enfermedad oncológica o degenerativa. Pero entonces tendríamos que preguntar mucho antes, hablar más abiertamente sobre el final de la vida con todos y cada uno de nuestros enfermos e implicar también a las familias en estas tomas de decisiones, de no continuar alargando la agonía de muchos enfermos que ya no tienen calidad de vida alguna y que lo mejor para ellos, puede ser, DEJARLOS EN PAZ.

La misma sensación tuve cuando vi la película de Emma Thompson «Amar la Vida»
AMAR LA VIDA -Película Completa En Español (MEDICINA)💊


Esta película me hizo plantearme muchas cuestiones éticas: ¿hasta dónde podemos llegar los médicos para alargar la vida de los enfermos unos meses o algún año más, pero sin calidad de vida alguna para el enfermo, soportando dolor o sufrimiento? ¿Cuál es el límite entre el deseo del médico de curar y vencer la enfermedad, a costa de un sufrimiento inaceptable por parte del paciente? ¿Tratamos con humanidad a nuestros pacientes, llamándolos por su nombre con toda su complejidad humana y no como un mero número más de un ensayo clínico o de una habitación en la planta de un hospital?
Estas y muchas más son las cuestiones que me plantea el tema del ensañamiento terapéutico al final de la vida de los enfermos. Creo que es un tema para debatir y tratar en las facultades de medicina y en las salas de trabajo de nuestros hospitales.

Monica Loring Caffarena. Alumna del XIV edición del Diploma de Bioética

Vivir bien el morir

Puestos a hacer un blog no quiero centrarme o basarme en una película o un libro en concreto. Los hay, muchos y con distintos y enriquecedores puntos de vista, pero prefiero relatar un caso cercano acerca del final de una vida.

La vida son etapas, vivencias, crecimiento…cuando somos jóvenes nos consideramos invencibles y la muerte no entra en nuestros planes, por lo que pensar en una planificación tan, en principio, a largo plazo lo vemos como algo innecesario, ya habrá tiempo, no? De hecho yo, mujer de mediana edad, hasta ahora y por los conocimientos que voy adquiriendo y el trabajo que estoy desarrollando, empiezo a considerar la idea de hacer mi «testamento vital», pero más por haberme imbuido en este mundo de bioética que porque yo un día me levantara y pensara que tenía que hacerlo. De hecho creo que uno de los grandes problemas de esta temática, de estas «charlas sobre cómo nos gustaría acabar nuestra vida» es la falta de conocimiento y ser aún un tema tabú. No obstante es cierto que a raíz de casos tan mediáticos como Ramón San Pedro, si bien tratan un tema tan complicado como el de la Eutanasia creo que ha ayudado a hablar de la muerte y a cómo queremos «vivir» y no «sobrevivir».

Hablamos siempre de la vida, organizar viajes, salir, comprarnos ropa, elegir donde vamos a vivir…. falta normalizar y humanizar ese camino al fin de la vida, vida que desarrollamos con ilusión y que podríamos también finalizar como más nos gustaría o, al menos, tratar de organizarlo. Organizamos bautizos, comuniones, bodas….por qué no «nuestro final de vida»?

Como comentaba al inicio, he vivido muy de cerca una planificación, hasta el más mínimo detalle, de un fin de vida. Era allá por el año 2019, junto antes de la Pandemia. Como los últimos veranos coincidía con mi amiga de la infancia de vacaciones. Nuestros hijos empezaban una historia de amistad que nos recordaba a la nuestra, éramos nosotros 30 años atrás, y era enternecedor, momentos mágicos que adquieren más valor ante situaciones trágicas. En septiembre de ese año le detectaba al marido de mi querida amiga un tumor. Lo primero que pensaban era cómo un tío deportista, joven, 40 años y aparentemente sano podía haber sido maldecido con esa lacra del cáncer. La mala pata, el destino, la mala suerte quiso que la metástasis apareciera pronto, sin solución, con tratamientos que resultaron fútiles y que acabarían con un proceso paliativo. Quizás lo peor fue la llegada de la Pandemia, hacía que en varias intervenciones y cuidados no pudiera estar con la mujer de su vida, mi amiga, por no mencionar a su único hijo, de sólo 11 años. Cómo es la vida!

Entre tratamiento e intervenciones me decía mi amiga cómo él, consciente de su situación, se dedicó a dejar todo preparado para «cuando no estuviera», se preocupaba más del bienestar y cómo iban a quedarse su mujer y su hijo, que de mantener esperanzas casi imposibles. Fue consciente y aceptó que llegaba el fin y quería disponer de sus últimos días de la manera más feliz. Falleció en casa, rodeado de los suyos, comiendo y bebiendo lo que le apetecía y de la mano de su mujer y su hijo, con un nivel de conciencia que no quería perder, sin sentir dolor pero con el amor de su vida, lo demás daba igual, estaba en su casa, con su familia y muriendo bien, y Feliz. Dispuso por supuesto su funeral y procuró convencer a su mujer de que tenía que seguir adelante como mujer joven y con un hijo que los uniría para siempre.

Mi amiga ha estado en terapia mucho tiempo, algo que no hay que descuidar y es también muy importante, el después, y este pasado verano, 2023, por fín me dijo una noche de chiringuito que era la primera vez que empezaba a disfrutar de la vida, por fin podía hablar sin lágrimas y vivir. Ella es una lección de vida, como tantos que superan duelos tan «injustos», él fue un ejemplo, es un ejemplo de un «vivir bien el morir».

El matrimonio pudo despedirse, hubo un último abrazo, un último te quiero, un último beso y un bonito recuerdo construido con dolor pero que permite coser heridas, que no curarlas y, con el tiempo ser consciente de que tuvieron un doloroso pero feliz fin de vida.

En conclusión, quizá humanizando el final de la vida, volviendo a hablar de la muerte socialmente se puede llegar a abordar el “bien morir” como algo importante y consustancial al propio ser humano. Lo digno no es la muerte, sino como vivirla. El proceso final tiene tanta o más importancia que el de cualquier otra etapa de nuestra vida.

Fdo. Maria Soledad Silvente San Nicasio
XIV Diploma de Especialización en Bioética

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