“Beginnings always hide themselves in ends”

“Beginnings always hide themselves in ends” Esta frase me movió cuando la escuché. Pertenece a la canción de Mike Posner “Move on”

¿Cómo puede haber tanta verdad en una frase tan sencilla? No se puede decir más claro y conciso. Es imposible comenzar una nueva etapa hasta que  no se ha zanjado la etapa anterior, hay que superar todo el proceso del duelo hasta llegar a la aceptación de la pérdida. Las personas en duelo aprenden a convivir con su dolor emocional en un mundo en el que el ser querido ya no está.

   Esta canción viene inspirada  por la grave enfermedad que vivió su padre, padeció un cáncer cerebral que no logró superar. Pero como las desgracias nunca vienen solas, su amigo Avicii también falleció y su novia le dejó… Mike, expresa como afronta él la muerte de ese ser tan querido  y las pérdidas añadidas.

Se refugia en el deseo de recuperarse aunque reconoce que se está escondiendo, necesita afrontarlo y para ello recurre a ideas como el sentirse acompañado o incluso “quemar” el pasado, intentando escapar, borrándolo. Esto me remite a Benito que plantea  “Evaluar y atender el sufrimiento requiere un modelo antropológico en el cual la persona sea vista como una red de relaciones, consigo misma, con los demás y con lo trascendente, que aspira a la integridad y la plenitud”.  El caos se apodera de la persona cuando  hay sufrimiento, no cabe posibilidad de estar  en paz si tenemos alguna esfera afectada,  hay que sanar el alma para volver a sentir el control y la estabilidad emocional.  Ese sentimiento transcendental está representado por la inmortalidad del alma, es nuestro consuelo  porque  el alma nos asegura nuestra permanencia en el tiempo, el alma es inmortal, crea ese simbolismo de nuestra continuidad cuando ya no existamos, la idea de formar parte de algo mayor que nosotros (las creencias, el sentido de pertenencia a una religión o ideas políticas…) nos ayuda a asegurar nuestra transcendencia.

Retomando el dolor y el sufrimiento, recuerdo la entrevista que realizó la psicoterapeuta Cate Masheder  en la  serie de la BBC sobre salud mental Like Minds  “La muerte es parte de la vida. Va a pasar. Todos vamos a sentir tristeza, todos vamos a echar de menos a alguien, todos vamos a morir, es así»

En la entrevista ella explicaba esto con un ejemplo gráfico muy descriptivo «Imagínate que estetú y todo lo que tiene que ver con tu vida está dentro de este círculo»

Y dibujó un círculo.

Después empezó a colorearlo explicando que «cuando llega el duelo no hay ni una sola área de tu vida que no se vea afectada por ese dolor. Llega hasta cada parte de ti». «En el pasado pensábamos que con el tiempo ese dolor se hacía más pequeño y desaparecía. Pero el enfoque ahora es que ese dolor se mantiene tal y como está, pero nuestra vida crece alrededor de él». Siguiendo con la analogía del círculo, es como si nuestra vida se empezara a desarrollar en otro círculo concéntrico más grande, pero siempre alrededor del dolor en el centro. Así, aunque experimentamos muchas otras cosas nuevas en nuestras vidas, el duelo se queda dentro. Y en ciertos momentos, como en los cumpleaños, los aniversarios, en Navidad, y en otras ocasiones volvemos a sumergimos directamente en ese dolor de manera que se aprende a que forme parte de tu vida, se incorpora en el día a día, se asume y se gestiona para poder llevar una vida normal.

 Estos conceptos “muerte” , “miedo”, “sufrimiento” ,  “dolor”… nos provocan sentimientos de ansiedad porque nos recuerdan el fin al que estamos abocados y esto hace que ese nerviosismo se apodere de nosotros cuando reflexionamos que no hemos hecho todo lo que queríamos , que nos faltan cosas por vivir, objetivos por lograr, lugares por visitar , metas por conseguir…   Todos tenemos estrategias para evitar pensar en la muerte, tanto la propia como la ajena, pararnos a pensar en ello tambalea nuestra seguridad. Nos provoca miedo el hecho de separarnos de los seres queridos, o saber que vamos a provocarles un dolor irreparable…  Cabe preguntarse ¿Qué es la muerte? ¿Por qué temerla tanto si no sabemos qué ocurre después? Creo que todos podemos estar de acuerdo con  la respuesta del filósofo y poeta Sam Keen “Amamos la vida y la muerte es un insulto para la vida “  Igualmente somos plenamente conscientes del hecho de que la muerte nos acecha a todos y esto nos produce una sensación de estar en riesgo, de estar en peligro. Ernest Becker lo describe específicamente  en su libro “The denail of death”  Se han hecho estudios al respecto.   Salomon et al. Resumen estas investigaciones en el libro «In the Wake of 911: The Psicology of Terror»,  y en la película documental  «Flight from Death» que ha sido galardonada siete veces como mejor documental (por cierto muy recomendable, no deja impasible a nadie). Sus hallazgos confirman lo que sabemos por experiencia: que el miedo a la muerte hace que nos alejemos de lo diferente o desconocido; que nos adhiramos a lo cercano, y que nos distanciemos, denigremos y destruyamos lo que percibimos como una amenaza a lo familiar

El mecanismo de defensa que usamos  es evitar pensar en ello, nuestra inteligencia aparta este pensamiento negándola, buscamos el sentido de la vida, las directrices necesarias para poder vivir, culturalmente se crean actividades para recordar a los fallecidos, el humano ha creado la sociedad y la cultura para poder vivir con la idea de la muerte, para definir origen y final, vida y universo, bien y mal… podríamos decir que se crea la ética de mínimos y máximos como defendería D. Gracia

Quiero terminar subrayando que el ser humano tiene una gran capacidad de adaptación, somos capaces de crear herramientas para sobrevivir a pesar de todo y cuando logramos adaptarnos, es el resurgir del ave fénix, nace un nuevo comienzo con el final de otro … ese es el sentimiento :  Adelante, Move on!

Beginnings always hide themselves in ends.

Belén Ruiz Pérez, alumna XI Edición Diploma Bioética