Humor, una actitud ante la vida… y la muerte

                                                 «El humor sirve para hacer habitable la realidad»

Antonio Ortuño

Hace unos meses se hizo viral un video de un funeral en Irlanda, en el que el difunto había preparado tiempo antes, un audio con su voz para su propio entierro. El resultado fue una explosión de carcajadas por parte de los asistentes, bañadas por una mezcla de lágrimas de risa y pena. Me pareció un acto maravilloso, lleno de generosidad para sus seres queridos, supongo que sería una persona que a lo largo de su vida habría disfrutado de reír y hacer reír a los demás. Además, la vida le presentó una larga enfermedad y no desaprovechó la oportunidad de mantener su increíble sentido del humor hasta el final.

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Nuestro irlandés del vídeo no conocía a Eugenio, el humorista, pero probablemente estaría de acuerdo con lo siguiente:

“El humor no es cuando uno está contento. El humor verdadero sale de penas, de desgracias. En ese momento es cuando uno demuestra que tiene sentido del humor. Y es cuando tiene que salir el humor, en los momentos trágicos”.  Eugenio Jofra

Hace más de treinta años falleció Graham Chapman, uno de los integrantes de Monty Phyton, tuvo un acto conmemorativo dos meses tras su muerte que también rebosaba carcajadas. Imagino que los asistentes estaban desolados, murió con 48 años porque sufría una neoplasia. A pesar de ello, sus amigos y compañeros se mantuvieron fieles al espíritu y la actitud ante la vida que había tenido la persona que los dejaba para siempre. Aquí encontramos un vídeo que refleja parte de dicho acto:

Lo siguiente es una parte del discurso traducida literal, que transmite la idea de respeto ante la actitud humorística del fallecido durante su vida y su muerte.

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“Bueno, creo que debería decir chorradas…Qué tenga un buen viaje el cabrón aprovechado este. Espero que se fría. Y la razón por la que pienso que debería decir esto es que él nunca me perdonaría si no lo hiciese, si dejase pasar esta maravillosa oportunidad de tomaros el pelo. Lo tenía todo, salvo el buen gusto imbécil. Pude oírle ayer por la noche, mientras escribía estas palabras susurrándome al oído: Vale Cheese estás muy orgulloso de ser la primera persona que dijo “Shit” en la televisión  británica. Si este acto es para mí, para empezar, quiero que seas la primera persona que dijo “fuck” en un funeral británico.”

Estas actitudes nos pueden sorprender e incluso escandalizar, porque asociamos el final de nuestras vidas con dolor, sufrimiento, tristeza…y se nos olvida que el humor no es incompatible con nada de esto.

Los dos ejemplos anteriores no hablan de una muerte o un humor cualquiera, se desarrollan en un contexto de muerte esperada, de tomar   conciencia   del   proceso de final de vida. Con respecto al humor, se trata de un humor compartido, implica una relación de complicidad con los demás, una actitud no forzada. El señor irlandés buscó un cómplice que llevara a cabo su secreto y el compañero de Monty Phyton describía cómo le susurraba Graham   su deseo de que dijera chorradas y tomara el pelo al auditorio el día de ese acto.

¿Por qué es importante el humor hasta el final de nuestros días?

El humor es inherente a la existencia humana. Partiendo del concepto de psicología positiva desarrollado por Seligman (2002), el humor es la capacidad de una persona para experimentar una carcajada, disfrutar de reír y hacer reír a los demás y se describe como una de las fortalezas de nuestra especie. El sentido del humor se encuadra dentro de la virtud de la transcendencia, junto con otras fortalezas como la apreciación de la belleza, espiritualidad, esperanza y optimismo.

Fácilmente asociamos la risa y el humor a liberar tensiones y disminuir estrés. Podemos encontrar bibliografía extensa relacionada con los beneficios físicos del humor, que enfatizan sus consecuencias positivas a nivel del sistema neurovegetativo, respiratorio, muscular, inmunológico… Pero el humor se merece un análisis más profundo, como valor único en nuestra existencia.

En el libro “El valor terapéutico del humor” (A.R. Idígoras) participan humoristas junto 3con personas relacionadas con la salud y la educación. El texto profundiza en la dimensión terapéutica, educadora e integradora del humor. En líneas generales, los beneficios del humor que refleja el texto están relacionados con la función adaptativa o de estrategia de afrontamiento de problemas; aporta objetividad, poniendo distancia entre nosotros y lo que nos aqueja, interrumpe pensamientos obsesivos o cerrados, cambia el marco de referencia proporcionando otra manera de experimentar o percibir la vida, supone un medio efectivo de comunicación, distrae de forma temporal despejando de la seriedad y la rutina.

 

La existencia no se puede entender sin humor, por tanto dicha actividad del pensamiento debería ser considerada también en nuestro proceso de muerte y duelo. En la situación de muerte esperada, no podemos ignorar la aportación del humor como parte de nuestro acompañamiento.Si es una dimensión propia y universal del ser humano, entiendo que humaniza nuestros últimos días, dignificando la existencia y aumentando la calidad de vida.La muerte va a llegar igualmente , el funeral y el duelo también, pero la perspectiva y la vivencia serán más enriquecedoras.

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«La risa compartida rompe la rutina y crea un momento mágico”

¿Podemos aprender esta actitud? Pienso que sí, concebir el humor como algo no forzado, espontáneo y natural es compatible con educar un hábito, una forma de percibir las experiencias vitales y una sensibilidad para saber qué es lo apropiado con respecto a nuestra relación con los demás.

En el ámbito de los cuidados paliativos hay profesionales  que han reflexionado sobre la posibilidad y el beneficio de trabajar y propiciar el humor desde los equipos.En el siguiente artículo, Begoña Carbelo  y colaboradores analizan la importancia del valor terapeutico del humor en enfermos terminales.El uso del humor también propicia beneficios en los cuidadores y en los profesionales que atienden a dichos pacientes.

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Sobre los deseos de los pacientes refleja que para mucho, contar con momentos de humor les sería de utilidad, al igual que les hace sentir conectados con los demás, desviar su percepción de la situación actual y sentir regocijo, placer y relajación. Señala la importancia de ser consciente de que el humor es individual, subjetivo y aunque de carácter universal, no admite generalizaciones. Propone unas pautas orientadoras para valorar el estado de receptividad tanto de los pacientes como de la familia, evitando situaciones críticas concretas en las que el humor podría entenderse mal.

Personalmente, animo a no subestimar los poderes del humor y considerarlo una fortaleza y estrategia de afrontamiento imprescindible. El sentido del humor es una capacidad única del ser humano, una forma de estar en el mundo, de interaccionar con los demás y la realidad. Deberíamos no ignorar este valor en ningún ámbito de nuestra vida, incluida la enfermedad, muerte y duelo.

Si vais a mi funeral, no tengáis reparo si encarta una carcajada.

                                                       “Cuando dejamos de reír, empezamos a morir”

                                                                                                   Rosa Ribas

 Silvia S.G. Médica especialista en incertidumbre. Alumna de la X edición de Diploma Bioética

 

 

 

 

Relación de indeterminación de Heisenberg. El momento de la vida

principio de indeterminacion de heisenberg

En mecánica cuántica, la relación de indeterminación de Heisenberg o principio de incertidumbre establece la imposibilidad de que determinados pares de magnitudes físicas observables y complementarias sean conocidas con precisión arbitraria. No se puede determinar, en términos de la física cuántica, simultáneamente y con precisión arbitraria, ciertos pares de variables físicas, como son, la posición y el momento lineal (cantidad de movimiento) de un objeto dado. Este principio fue enunciado por el físico teórico alemánWerner Heisenberg  en 1927.

 

principio de indeterminacion de heisenberg 2

Gráficos de densidad de hidrógeno para n hasta 4. Funciones de onda del electrón en un átomo de hidrógeno a diferentes niveles de energía. La mecánica cuántica no puede predecir la ubicación exacta de una partícula en el espacio, solo la probabilidad de encontrarla en diferentes ubicaciones. Las áreas más brillantes representan una mayor probabilidad de encontrar el electrón.

 

 

«Estamos hechos de los mismos elementos que cualquier objeto y estamos sometidos también a las mismas interacciones elementales».

-Albert Jacquard-

Principio de Indeterminación de Heisenberg.

Intentar predecir algo con exactitud es casi imposible, pero no nos gusta pensar que el universo está regido por el azar. A menudo, suele decirse aquello de que la vida sería muy aburrida si pudiéramos predecir con exactitud qué es lo que va a suceder en cada momento.

Werner Heisenberg fue algo más que un científico: su principio de incertidumbre es un punto de partida esencial que nos permite entender un poco más nuestra compleja realidad…y nos conduce a un mundo lleno de posibilidades que muchas veces no vemos, como en la canción de Ismael Serrano, Principio de incertidumbre

Puede que las redes traigan
cuellos rotos, negras plumas de cormorán,
que tiemblen los semáforos,
las radios callen y se derrumbe la ciudad.
Puede que te saque de mis brazos
tu marido o el despertador,
que te interrumpa el desayuno
el vuelo de un B-52.

Puede que todo siga igual.
También puede que no sea así
y encuentres el mercurio
de mi voz empapando tu contestador,
y florezcan los olivos en el valle de Hebrón.
Puede que te queme el hielo,
o la luz del televisor.

Puede que te cite el parlamento
y decrete el blanco y negro,
que sonrían ángeles heridos
en la sección de sucesos,
que alimentándose de humo
se quiebre cual cristal esa mujer.
Que trepe una serpiente
por sus piernas infinitas. Puede ser.

Puede que todo siga igual.
También puede que no sea así
y encuentres el mercurio
de mi voz empapando tu contestador,
y florezcan los olivos en el valle de Hebrón.
Puede que te queme el hielo,
o la luz del televisor.

Puede que todo siga igual.
También puede que no sea así.
Quizás banderas blancas
tu habitación alumbren
y mi amor esté cerca
y los dioses duden.
Y este sea un buen principio,
principio de incertidumbre.
Puede que te salves. Puede
que amanezcas conmigo
y las espadas se entierren.

Puede que todo siga igual.
También puede que no sea así
y encuentres el mercurio
de mi voz empapando tu contestador,
y florezcan los olivos en el valle de Hebrón.
Puede que te queme el hielo,
o la luz del televisor.
Una posibilidad existe
de que amanezcas conmigo
y los cañones se oxiden

La teoría de Heisenberg  demuestra que la física clásica no es tan  predecible como siempre defendió Albert Einstein y nos creemos. En la vida, como en mecánica cuántica, el futuro no está escrito. Nunca podemos estar seguros de nada. Muchas cosas que nos rodean son imprevisibles.

Con la incertidumbre y con la indeterminación Heisenberg, abandonamos la física clásica, donde todo está bajo control en un laboratorio y la vida clásica,donde todo está cuadriculado en el orden social asignado. Con la muerte cercana, nos paramos a pensar y  nos observamos, observamos el momento y mutamos.

Mutamos a otra naturaleza, a otro ser humano de tránsito, en movimiento, quizás a una muerte cercana.  Otro ser humano que, actúa y es capaz de promover otra vida imprevisible antes.

Como en la serie Breaking bad,  la historia de Walter White, un profesor de química con problemas económicos a quien le diagnostican un cáncer de pulmón inoperable. Para pagar su tratamiento y asegurar el futuro económico de su familia comienza a cocinar y vender metanfetamina, junto con Jesse Pinkman un antiguo alumno suyo. La serie, ambientada y producida en Albuquerque (Nuevo México), se caracteriza por poner a sus personajes en situaciones aparentemente dilemáticas.

Cuando Walter recibe la noticia de su cáncer, rompe con la opresión de ser quien quieren y no quien quiere. Muta así hacia el animal que todos somos. Esta transformación no resulta inmediata y su pugna con la ética alcanza su cenit en el tercer capítulo, estrangulando posibilidad alguna de resurrección moral.

Os remito a este resumen de la primera temporada en 110 segundos: Sus motivaciones y su cambio. El personaje se vuelve oscuro y de moral cuestionable. Mientras tanto, continúa con la quimioterapia y cuando comienza a perder el cabello, decide afeitarse la cabeza. Luego, organiza una reunión con su enemigo,  Tuco bajo el nombre de «Heisenberg» y lo mata.  A partír de aquí se interna en un mundo alejado del personal, un mundo de villanos , el de los gangsters, ha nacido Heisenberg.  En este vídeo “El viaje del villano” se recoge la evolución del personaje.

En esta serie, vemos como la incertidumbre de la muerte cercana, la vivencia de enfermedad y la perspectiva de un futuro indeterminado, puede hacernos cuestionar y cambiar todos nuestros valores y afectar a todos los que tenemos cerca.

principio de indeterminacion de heisenberg3
Un enfrentamiento vital  a la incertidumbre diferente es el que vemos en la película Tierras de penumbra, (Shadowlands, 1993). C.S Lewis,  nos muestra otra forma de afrontar la vivencia de enfermedad en el preludio de una muerte anunciada. Momentos vitales centrados en la esperanza de cada día.  Plantea cómo una relación de amor que te cambia y te sostiene,se puede llevarte a la felicidad en esos moomentos de incertidumbre. Así, merece la pena pasar por todo sufrimiento. Cuando comparten la vista del bello “Golden Valley” (foto ), Jack afirma que eso es todo lo que puede desear: “ No nos amarguemos el tiempo que aún podamos estar juntos”  y Joy le responde: déjame que te lo diga antes de que pare la lluvia: que me voy a morir y también que quiero estar contigo entonces y sólo podré hacerlo si puedo hablar de ello ahora. Puede haber algo mejor, el dolor de entonces es parte de la felicidad de ahora, ¡ese es el trato¡ ”.  Vale la pena vivir la vida en primera persona, pues el dolor que forma parte de la misma nos pone en la disyuntiva de elegir  vivirla o no.

Hoy también vivimos en tierras de penumbras pero hay luz en la oscuridad, comenzamos la desescalada.  El SARS- CoV-2 nos ha sorprendido , nos ha cogido a contra-pié. Es una realidad epidémica emergente que ha cambiado el momento vital a todos. Se escapa a nuestro control y esperamos poder confinar su avance con  acciones. Invocar a ese factor imprevisible de la mecánica cuántica , la indeterminacion del futuro nos explica la intensa incertidumbre vital en la que se vive la realidad social y vital actual.  Pero contrasta con este concepto hoy la situación no sea menos determinista y nosotros entidades más libres. Un contrasentido, dereberíamos ser más libres para elegir,pero hoy más que nunca pero las libertades  individuales están en peligro. Hoy más que nunca la manipulación de la información es una temenda mordaza. No ha sido posible elegir , al menos en el duelo de nuestros muertos hoy.  A pesar de que todo lo que se está legislando en el estado de alarma es por nuestro bien. La ley  nunca hizo al hombre  un ápice más justo (H. David Thoreau).  

Ser capaz ahora de tener “otra vida” es una opción no desdeñable ahora que vislumbramos, ésta amenaza mortal. El  SARS- CoV-2  puede determinar una muerte de como hemos vivido hasta ahora, pero ciertamente también nos hostigan otras muchas amenazas que acechan en el caldo social en el que  hemos crecido.

El principio de incertidumbre como último recurso, es una esperanza disfrazada de un «puede ser», ante la elección cobarde de no hacer lo que deseamos hacer, lo que tenemosque hacer.

Una manera de vivir. .. Incertidumbre es duda, y duda es «indeterminación del ánimo». Nunca la duda, lo cartesiano, estuvo más de moda.

Pero, no podemos cerrar el círculo hacia/ para los nuestros desde la incertidumbre de la muerte, sino desde la certeza de lo indeterminado del momento siguiente que viene  para todos. En la vida que hay después de la muerte y en la que tiene que haber ahora.

«Lo que observamos no es la naturaleza en sí misma, sino la naturaleza expuesta a nuestro método de cuestionamiento».

–Werner Heisenberg

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Carmen Martínez Sierra, alumna X Edición Diploma Bioética

El gran enigma de la muerte

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“No basta con pensar en la muerte, sino que se debe tener siempre delante. Entonces la vida se hace más solemne, más importante, más fecunda y alegre” Stefan Zweig

2A lo largo de la historia, la muerte siempre ha estado rodeada de un halo de misterio y tratada como algo  muy lejano, ¿se habla de la muerte en los colegios, en el ámbito familiar, entornos de amigos….? No, quizás porque se asocia con la senectud, con esa última etapa de la vida, sin embargo la línea entre la vida y la muerte es tan fina y tan frágil que se puede romper en cualquier momento, ¿estamos preparados para este momento?,  ahora que tanto se habla de  y tanta formación existe sobre la muerte digna, voluntades vitales……… estamos preparados para hacer unas voluntades anticipadas, si la muerte la vemos como algo muy lejano? Parece que nunca nos va a llegar¡, hasta que un buen día, una enfermedad grave hace su aparición y entonces, sea cual sea la edad,  la ves cercana, el miedo y la impotencia se apodera de ti,   puede suponer un punto de inflexión para plantearte que hay después de……¿hacia dónde voy?  Que me guastaría hacer antes de ese día (película “Mi vida sin mí”de Isabel Coixet)

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Hemos visto morir a nuestros antepasados y en nuestro trabajo como médicos, nos enfrentamos a la muerte con frecuencia, pero nada tiene que ver con esa realidad, que te invade cuando la ves cercana, pero, tener  interiorizada la muerte como algo que está ahí y que va allegar, no puede suponer vivir con angustia, miedo, impotencia, sino todo lo contrario, eso nos debiera permitir vivir una vida plena, mostrar nuestro amor a los seres queridos y no dejar asuntos pendientes y vivir como tú quieras que te recuerden en el futuro, pero para eso, en mi humilde opinión, hace falta formación desde la infancia y ver la muerte como algo que nos llega a todos inexorablemente y que lo importante, no es vivir mucho, sino vivir con intensidad

Mozart murió a los 31 años y nos dejó un legado, que hace se le recuerde en nuestros días y perdurara en el tiempo

«El sabio acepta la muerte como su gran amiga íntima” (Leo Buscaglia). “No perdiste a nadie. El que murió simplemente se adelantó, porque para allá vamos todos”. “Además lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón» (Facundo Cabral)

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En todas la culturas se contemplan el tema de la muerte, así para algunos pensamientos orientales lo temible no es la extinción, sino la posibilidad de volver a la vida (la famosa “rueda de las reencarnaciones”). El sabio hindú busca el nirvana (palabra que significa literalmente “extinción”). La suprema sabiduría sería dejar atrás el juego de espejos de la realidad, la ilusión (“Maya”) de la vida. El budista también anhela unirse al vacío y dejar de ser. Para él la vida es dolor y dejar de vivir significaría entonces dejar de sufrir. Una vida eterna sería un sufrimiento eterno. Para los occidentales, en cambio, la reencarnación es una esperanza, no una maldición de la que hay que escapar.

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La muerte no es tema baladí, démosle la importancia que requiere a un tema de tal enjundia, en estos momentos, en los que estamos conmovidos por el trauma de las muertes que esta pandemia está provocando, en la que hemos visto morir a tantos enfermos, a veces seres queridos, amigos, compañeros……jóvenes, adultos y mayores, la muerte no respeta, edad, raza, condición social……… es importante, estar preparado, empoderados, para algo, que seguro llegara, “( la muerte la condición de la vida “ (John Berger,Un hombre afortunado)

Elisa Lopera Lopera, Medica servicio de urgencias hospital de Pozoblanco

Alumna del  X Diploma de Bioética. EASP. 2020

Morir despeinada

Se acerca el momento de reflexionar sobre la muerte, hacer este post y no soy capaz de escribir nada. En esta situación tan anomala, cualquier pensamiento referido a la muerte me lleva a un lugar oscuro, frío, lugrube…. y me invade una sensación muy desagradable, de desprotección y por qué no decirlo, de miedo.

A raíz de esto,  he estado reflexionando sobre nuestra relación con la muerte. Con nuestra propia muerte.

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Leí hace mucho una entrevista a Chavela Vargas  en la que decía que la muerte debería ser una celebración de la vida , me gustó mucho.

 

Es cierto que todos moriremos algún día, es inevitable, y sin embargo muchas veces no somos conscientes de nuestra propia trascendentalidad.  Quizás el uso de este vocablo no ayude a comprender su significado pero si hablamos de algo importante, significativo, esencial, fundamental….nos situará más claramente y nos hara disfrutar más.

2Cuando un ser querido nos deja, pasamos por un proceso de duelo. El modelo de la psiquiatra Kübler Ross describe cinco fases en el proceso de duelo: la negación, la ira, negociación, tristeza y aceptación. Este proceso se da también en otro tipo de pérdidas (laborales, rupturas sentimentales, etc.)

Me da la sensación de que muchas veces en la sociedad, nuestra relación con la muerte está siempre en fase de negación: se oculta, no se habla del tema, nos incomoda, preferimos no pensar en ello…  Sin embargo ¡qué importante es ser conscientes de nuestra propia muerte! Aceptarla, normalizarla, vivirla sin angustia: porque no se trata de temer a la muerte, sino de disfrutar de la vida.

Es lógico no querer morir antes de tiempo, el miedo al dolor, a la enfermedad, a dejar a nuestros hijos, familiares…..muchas y variadas razones me asaltan para no querer irme, pero debemos aceptar que algún día moriremos y ser conscientes de ello, verlo como natural, el cierre de un ciclo, una despedida y que esto nos sirva para apreciar más nuestro día a día.

Muchas veces perdemos el tiempo o lo malgastamos como si tuviesemos tiempo infinito, postergamos temas que consideramos importantes a “mañana” como si fuéramos a vivir para siempre, no cuidamos de nuestra salud, de nuestros afectos, ni de nuestras emociones, hasta que nos arrepentimos de no haberlo hecho antes cuando ya no queda tiempo, o nos acordamos cuando algo malo sucede.

Ya que nos encontramos en esta situación irremediablemente, ¿por qué no nos lo tomamos como una oportunidad para echar el freno y llevar una vida slow? Es un buen momento para retomar proyectos olvidados o nuevos, para disfrutar de la familia, para no pensar…Para sentarnos, relajarnos, leer un libro y soñar. Y por qué no, pensar en nuestro propio final.

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Partir de la aceptación de nuestra propia muerte y la de los demás, nos predispone a vivir en consecuencia: a priorizar lo importante y darle peso a lo que realmente merece la pena, a disfrutar de la vida y del tiempo con la gente a la que queremos. La muerte es el final de la vida: y lo importante es que esa vida haya merecido la pena.

 

 

 

Evidentemente morir antes de tiempo es una gran fatalidad. Las fatalidades no podemos preverlas ni controlarlas, sino aceptarlas. No se trata de angustiarse por saber que moriremos, se trata de que esta consciencia nos haga aprovechar mejor el tiempo que tenemos.

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Hay un ejercicio de visualización que se utiliza en las sesiones de terapia, se trata justamente de ser conscientes de que nuestro tiempo es limitado y reflexionar sobre cómo queremos vivirlo, nos ayuda a reordenar y reflexoniar sobre nuestras prioridades.

El ejercicio de llama “El funeral” y quiero compartirlo con vosotros, para reflexionar sobre nuestra vida y enfocarnos en celebrarla cada día que nos quede.

María Delgado, enfermera despeinada. Alumna, X Edición Diploma Bioética

 

Muertes anónimas

En una época en que las muertes diarias se cuentan por cientos en nuestro país y por miles en todo el mundo, la muerte se nos hace habitual. Cuando miramos hacia nuestra historia encontramos que no es algo nuevo y que siempre ha estado con nosotros el dolor de la muerte colectiva, pero en esa colectividad cada muerte es una historia de vida que quiere asomar para los demás, que no se quiere quedar olvidada, yo no puedo ser tan insignificante, he hecho cosas…. ¿Qué he hecho?

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Conocemos el final de la historia, ha ocurrido en infinidad de ocasiones a nuestro alrededor, hemos estudiado personajes en la historia de la humanidad. Pero este es mi final, no es el del otro. Sabemos de lo efímero de nuestra vida, sabemos de la muerte, nos lo decía D. Quijote

»Pensar que en esta vida las cosas della han de durar siempre en un estado es pensar en lo escusado; antes parece que ella anda todo en redondo, digo, a la redonda: la primavera sigue al verano, el verano al estío, el estío al otoño, y el otoño al invierno, y el invierno a la primavera, y así torna a andarse el tiempo con esta rueda continua; sola la vida humana corre a su fin ligera más que el tiempo, sin esperar renovarse si no es en la otra, que no tiene términos que la limiten». (El Ingenioso Hidalgo D. Quijote de la Mancha. Capítulo 53, Parte II).

Mi muerte es mía, mi vida es mía, ¿realmente son mías?, ¿He vivido mi vida como quería o he vivido lo que me han dejado?  “la vida debe ser cómoda, agradable y decorosa” como dice Iván Ilich (La muerte de Iván Illich, L. Tolstoi), sin embargo cuando se acerca el final irremediable siente un dolor infinito que le hace revelarse contra la idea de que se ha equivocado, sólo es capaz de perdonarse cuando acaricia a su hijo que en ese instante se transforma en el amor, la ingenuidad, la vulnerabilidad, lo cercano, el sentimiento de continuidad.

En “Las invasiones bárbaras” el profesor al final de su vida que explica frente al lago a su hijo (el que paga los cuidados que no le da el sistema sanitario público) el recorrido de su vida y que siente que no ha hecho nada, ha sido una vida sin huella, ni sus alumnos le echaron en falta cuando se despidió.

El hombre no soporta la finitud de la vida, tiene que buscar sentido a la existencia al “estar ahí” algo más allá de la muerte, unas veces divino como nos dice Jorge Manrique:

Este mundo es el camino
para el otro, que es morada
sin pesar;
mas cumple tener buen tino
para andar esta jornada
sin errar.
Partimos cuando nacemos,
andamos mientras vivimos,
y llegamos
al tiempo que fenecemos;
así que, cuando morimos,
descansamos.

Este mundo bueno fue
si bien usásemos dél,
como debemos,
porque, según nuestra fe,
es para ganar aquel
que atendemos.

Coplas por la muerte de su padre

“Hay Uno dentro de mí que es más yo mismo que yo mismo” (S. Agustín, Confesiones).

Otras veces en la sociedad, en otros humanos, no nos entendemos si no es en el espejo de los otros, necesitamos saber que quedamos en el recuerdo, en las obras, la fama, los actos, nos explica Arendt:

“[E]l resultado y fin de una acción es, simplemente, que la acción carece de fin. El proceso de un acto puede literalmente perdurar a través del tiempo hasta que la humanidad se acabe.” (Arendt, La condición humana. 5ª edic.2009: 253)

En  “Truman” Julián, al final de su vida, hablando con su amigo:

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“lo único importante en la vida son las relaciones”, recibe la información del espejo de su amigo Tomás, cuando le dice:

“He aprendido de ti que nunca pides nada a cambio, no pides facturas, eres generoso, yo no. ¿Qué aprendiste de mí?

(Tomás) A ser valiente, siempre te has atrevido con todo, como ahora”.

Ante una vida que nos manipula y nos dirige, ante un después desconocido, sólo nos queda el momento de sentirnos protagonistas cuando llega el momento de la muerte, para ello necesitamos a los otros (la familia, los amigos, la comunidad).

¡Cuánta muerte en soledad, en esta pandemia! ¡Cuánta muerte anónima! ¡Cuántas historias sin el final adecuado!

José Luis Liébana Fernández, Alumno X Edición Diploma Bioética